Amar. Habla más suave. Sigues sin saber qué es la pérdida. Has visto ciudades abatidas por la lluvia. Pides silencio y mutilas los placeres. Los martes desnudos eran un solo cuerpo. Amabas tanto... Y quedabas sentada frente al espejo vaciando la derrota. La memoria es deseo. Amar o desaparecer. Cada poema es una herida mortal. Y aquí estás.
* Connie Imboden
La ida en juego.
* Connie Imboden
8 comentarios:
qué bonito ha quedado esto, sí señor! parece un blog de buena familia y todo ;)
Señor R.Q., hasta aquí me llegan los aires bohemios de la vie en Paris...
Estoy hasta los cojones de la ida...
En fin...
Miluji tě moc
aprendes checo más deprisa que yo...
un abrazo?
como si fuese uno de los mails (semanales mínimo, esta vez sí) que me vas a mandar...
9238472039847239487293847209384729837429873492734
abrazos, claro
dekuji (necesito un teclado checo para poner esos arquitos sobre las letras...)
Nothomb es Nothomb, no Nóthomb...
Da igual la foto que pongas, da igual. Amélie Nothomb me da la clave, la deuda:
"Mentalmente, comparé la riqueza de Japón con la de los belgas y llegué a la conclusión de que aquella transacción era una gota de agua en el océano de semejante desproporción. Con mis seis mil yens, en el supermercado podía comprar seis manzanas. Eso era lo mínimo que Adán le debía a Eva."
No te sientas mal, ni sola. Ármate de coronas checas y compra muchas manzanas.
"Siempre hay una ligera tendencia del cuerpo a sabotear la atención de la mente proporcionando alguna distracción. Si esta necesidad de distracción puede ser dirigida en una dirección (como el olor de las manzanas podridas o el sabor del tabaco o el té), entonces las otras distracciones son eliminadas. Otra posible explicación es que el esfuerzo concentrado que supone escribir poesía es una actividad que hace que se olvide completamente, por el momento, que se tiene un cuerpo. Es una perturbación del equilibrio del cuerpo y la mente, y por ese motivo se necesita una suerte de ancla de sensación en el mundo físico. "
La escritura de un poema, Spender.
No podré evitar pensar en azul cuando compre manzanas rojas en los mercados de Praha...
Publicar un comentario