10 de agosto de 2009

Tombe, se blesse*







La primera semilla aún busca el fondo. Si huí de la tierra fue para extraer las sombras que en mi garganta se hicieron palabra. Hundí las manos en la luz para arrancar de raíz todas las preguntas [ser sin grietas] Abolí los límites de la carne. La tentación no era la huida, me dijo, como si aquella búsqueda no hubiera tenido lugar. Una piedra lanzada al silencio anticipa el vacío. A modo de advertencia: el borde de la luz no existe. La voz se precipitó vertiginosa para disolverse y reaparecer. Descrucé el océano y quedé ciega-fugitiva.




* Comme avant-guerre, Boris Vian

4 comentarios:

dediego dijo...

es mortal. no te has detenido tú: se ha deteniddo el tiempo y ahora habitas una ciudad de estatuas. no te has detenido tú. has congelado la terrible y maldita catarata de arena.

Anónimo dijo...

Bajo la vista de los negativos. La aparto de los laterates. Ignoro lo externo y su fotogenia. Veo de nuevo a mi Lulú, intentando (como primera semilla) penetrar en el fondo de la tierra.

Y quiero compartir el viaje.

Carmen G. de la Cueva dijo...

Volved del mar. La tierra os llama. No. Os llamo yo.

Si pudiérais leerme hoy el pensamiento...saber en qué lugar exacto mis pies se posan moribundos.

Venid. Hay demasiadas olas pendientes.

Guzmán González dijo...

las olas de la niebla oblicua que no titilan se ocultan bajo tus uñas

pecadora fascinante

salud!
Guzmán González