Cómo recorrer los límites de este mundo sin que duela. Ven y recítame a oscuras unos versos que hablen sobre el fin del mundo o el principio de la piel. Mis ojos conocen tu herida bajo la lluvia.
Nunca fui caníbal. No sé a qué saben los hombres por dentro, apenas mordí alguna piel y algún labio. No hay pérdidas. Tú no tienes huecos. Eres sangre y eres vida y todo lo que recorre los límites de tu cuerpo da hambre. Los rastros entre tus huesos y la carne son huellas de un naufragio. Deja que sigan ronroneando entre tus dedos y tus pies. Deja que acaricien tu piel y sabrás que estás vivo, que sientes y que no necesitas salvavidas.
8 comentarios:
Tres.
Me has hecho. A partir de ahora no habrá marcha atrás, no podré olvidar esto nunca.
Y me alegra tanto.
el hambre es una condición precisa para el crecimiento. El ser hambriento siempre está en movimiento. y eso es bueno. no sé si me entiendes.
Visto que no lo entiendes me explico: que sientas y pienses así, y digas esto, que digas esto, me marca profundamente. Me honra. Me faltan las palabras.
Tan hambrienta y buscadora como siempre, sedienta de vida a 7 horas o miles de kilómetros... hecho de menos tus palabras en la pantalla. Estoy cerca del mar... ¿te vienes?
Naufrago y narciso
Anuar, 1. Faltan 2.
Borja, cuántas noches quedan para agosto? Provocarás la lluvia para mi?
Raúl, nunca dejaré de estar hambrienta. De carne, de piel, de bocas y de infinitas conversaciones.
Narciso, venga en una barca de papel hasta el golfo de México. Nos vemos a las 00?
Tres días mínimo y espero que uno sea domingo y por la tarde... te adoro
Sí, voy a desnudarme y pintarme la cara, para subirme a la azotea y aullar, y bailar con un palo de fregona con que atravesar búfalos y aullar y seguir aullando, invocando la lluvia. No lo dudes jamás.
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