19 de enero de 2010

Necesito la nieve, la página en blanco, los libros que nunca terminaré






El silencio que viene del techo es un silencio ahogado. Mi voz suena áspera. Espera, coagulada, el deshielo que no llega. Mientras tanto, pienso en el estímulo del amor, la literatura y el viaje. Creí que mi tregua febril me permitiría escribir un poema. La tregua y el espacio. Solo uno. El primero de todos, el origen del proyecto que avanza -y retrocede- en mi cabeza. Ha dejado de interesarme la huida. Siento que debo quedarme a defender ese territorio próximo entre los cuerpos. Las miradas, la respiración, las horas inciertas que se precipitan volubles en una única habitación sin puertas. Sin embargo, no escribo ningún poema suicida. Ni leo a Despentes. Ni acabo 2666. Ni me autofotografío desnuda como Woodman. Simplemente, agarro el cuaderno de cuadrículas y dispongo el bolígrafo sobre él. Apenas se desprenden unas gotas sin sentido. Una voz ronca. Un gorrión posado sobre una rama. El amor es la respuesta.


Un mono aterido de frío que contempla el horizonte. Los libros se apilan promiscuos sobre la ventana porque no disponen de espacio en las estanterías. Este sótano no me pertenece y yo me empeño en cubrirlo de libros robados, prestados y en lenguas extranjeras que jamás llegaré a entender. Todo para hacerlo mío. Las preguntas cada vez son más frecuentes. Confío en que el futuro no existe. Ser periodista o no serlo. Esparcir las cenizas o enterrarlas. Leer a Tsvietáieva y preguntarse por la profundidad del abismo. Leer a Perec. Leer la biografía de Frida. Ser una rara especie de amante. No comer. No dormir. No ladrar. Hacer el amor cada dos horas. Oír quince veces seguidas cómo Oistrakh toca Claro de luna mientras escribo. Desnudarme. Ser impúdica. Leer a Roche. Leer a Gopegui. Saberse de memoria los versos de Celan. No morir aplastada por un bloque de hielo caído de la más alta cornisa de cualquier edificio praguense. Sentir un amor desbocado. Necesitar la hoja en blanco. Necesitar la nieve para beber.


Sin brújula. Ayer pensé que hoy podría escribir un poema. Ahora soy una autómata que imita sus propios movimientos. Vivir en Praga. Querer volver al DF y pasearse por las librerías de viejo de Coyoacán. Y beber chupitos de tequila con zumo de tomate. Y asombrarse a cada paso con los rostros desconocidos, los acentos, la poesía urbana del smog. Desear el desierto. Querer subirme contigo al Transiberiano en Moscú y bajarnos en Shangai. Recorrer el mundo. Recorrernos. Ser una poeta cultivadora de grietas. Y qué es la frontera sino los monstruosos límites de lo indefinido. La obscenidad del abismo.


Te busqué durante mucho tiempo. Las tazas de té sobre el escritorio. Los libros a medias. Los poemas que nunca te recitaré en voz alta. El milagro de la lírica. El deseo húmedo. Tu facilidad para aferrarte, a oscuras, a la impostura de las letras. Nuestro vicio solitario e inofensivo, el de escribir. Quitarse la máscara y dejarse caer. Escribir sobre los feminicidios de Ciudad Juárez. Ser la mujer que vio morir en sueños a todas las poetas.

14 comentarios:

J.Garés Crespo dijo...

Ya ves..pensaste n escribir un poema y te salieron cuatro. bien ¿no?.
Me gusta tu blog y lo que escribes. Pongo un enlace en el mio para que te visite si se pierde alguien por el mío.
Enhorabuena.
Un abrazo.

Vladimir García Morales dijo...

Me encanta esta entrada, llena de resonancias sobre lo que me (nos) concierne ahora muy de cerca. Paul Celan (ahí en tu ventana veo la traducción de José Luis Reina Palazón), el viaje...

Un abrazo

. dijo...

Acabo de hacer una reseña de un libro que se parece a lo que has escrito aquí. Dice el libro: "Sostengo esa mirada que no es del todo mía. Necesito la nieve, la página en blanco, el lienzo impoluto, la pantalla vacía."

También me ha gustado tu texto.

Saludos

Carmen G. de la Cueva dijo...

Blues, en efecto, "necesito la nieve, la página en blanco" es una cita del relato Motel del libro que dices de Vidal Valicourt. Apenas he leído ese relato y alguna que otra reseña, pero me apetece bastante conseguir el libro. Tendré que esperar a volver a España. Un placer tenerte por aquí, bienvenida.

J, esto no son poemas... son dardos lanzados al centro del vacío. Me alegra que alguno de ellos esté ahora clavado en forma de enlace en tu blog :) No dejes de venir.

V, y este viernes vendrás a Praga. ¿Qué más puedo decirte? Nos espera Kampa.

Rubén Darío Carrero dijo...

Conozco tu suerte, estas en un lugar donde las cosas parecen mortalmente fáciles. Recuerda: nadie sabe si el blanco es blanco. Pero huye, huye si quieres, se parece más a tí, prefiero que huyas a que termines arrastrando por la nieve un gran espejo para que la literatura se contemple.

¿Siberiana?
¿Periodista?
¿Actriz pornografica?
¿Cuál será el sueño que te sueña?
No, dejemos la literatura a Todorov; tú, equivócate.

Debo escribir "beso" o "abrazo fuerte"?.

Luna Miguel dijo...

Maravilloso.

Carmen G. de la Cueva dijo...

R, no voy a dejar que la literatura se contemple en ningún espejo. Escribe beso, siempre beso.

Gracias, L *

Veronique dijo...

Cuando llegué aquí no sabía si eras una ventana o un espejo.

J.Garés Crespo dijo...

Perdona Carmen, soy un poco tozudo...
Si en esta entrada tu tercer texto tuviera esta estructura,¿sería un poema?...

Sin brújula.

Ayer pensé que hoy
podría escribir un poema.
Ahora soy una autómata que imita
sus propios movimientos.
Vivir en Praga.
Querer volver al DF
y pasearse por las librerías
de viejo de Coyoacán,
y beber chupitos de tequila
con zumo de tomate,
y asombrarse a cada paso
con los rostros desconocidos,
los acentos,
la poesía urbana del smog.
Desear el desierto.
Querer subirme contigo
al Transiberiano en Moscú
y bajarnos en Shangai.
Recorrer el mundo.
Recorrernos. Ser una poeta
cultivadora de grietas.
Y qué es la frontera
sino los monstruosos límites
de lo indefinido.
La obscenidad del abismo.


La verdad es que me has creado un problema, o tal vez hemos descubierto una trampilla por donde se nos cuelan algunos "poetas"

dediego dijo...

Durante algún tiempo pensé que tú y tus circustancias podrían acercarme a la salvación. Ser eso también es hacer literatura.

Francisco Cenamor dijo...

Hola Carmen, el próximo viernes 5 de febrero haremos una breve reseña de tu blog en nuestro Blog literario Asamblea de palabras para que nuestros lectores y lectoras te hagan una visita.
Un saludo.

Carmen G. de la Cueva dijo...

Muchas gracias por tenerme en cuenta, Francisco. Será un placer :)

Anónimo dijo...

de regreso....me encanta tu blog, preciosa..

besos infinitos

Anónimo dijo...
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