13 de abril de 2009

Lulú no le teme ni al fuego ni al hielo



Sólo te alcanzo, sólo te toco, sólo te acaricio

en tu inmaculado arte de desaparecer.

Marcelo Uribe



Victoria Diehl (La Coruña, 1978)



Estoy en el medio de la vía, en la noche insular de jardines invisibles ofreciendo mis contornos a la tierra. La lengua tibia para olvidar los nombres. Las palabras se quedaron disueltas en el agua. Pelícanos de arena y colibrís rojos. Agüeros que cultivan sueños en el vuelo de las aves. El deseo de naufragio adherido a la garganta. Huellas de sal ceñidas a nuestro cuerpo. La desnudez danza sobre las inmediaciones del extrañamiento. Tu mirada tiende al infinito. La hendidura continúa destilándose. Tu sudor atraviesa la noche. Cinco noches hasta encontrar y perder la confusión de nuestros sexos con tu mano y no tener más que la sal y los labios para descubrir el roce de fósforo en mi pecho.





3 comentarios:

dediego dijo...

Estamos en medio de la vía...

costa sin mar dijo...

tengo cierto informe de que usted ha sido timada, pero necesitaré más datos

U U dijo...

A menudo ocurre, un péndulo late en los jardines del otoño. Y nada ha acabado con las vestiduras. Volvemos a casa con una terrible ansia de estar desnudos y solos.