9 de marzo de 2009

Sólo necesito que me entregues todo, como sea habrá disparo



Deja mis secretos donde pueda verlos sin sentir miedo.




Recuerdo el frío del amanecer, los círculos de los insectos sobre las

tazas inmóviles, la posibilidad de un abismo lleno de luz bajo las
ventanas abiertas para la ventilación de la enfermedad, el olor triste
de la sosa cáustica.


Pájaros. Atraviesan lluvias y países en el error de los imanes y los
vientos, pájaros que volaban entre la ira y la luz.
Vuelven incomprensibles bajo leyes de vértigo y olvido.


No tengo miedo ni esperanza. Desde un hotel exterior al destino, veo
una playa negra y, lejanos, los grandes párpados de una ciudad cuyo
dolor no me concierne.


Vengo del metileno y el amor; tuve frío bajo los tubos de la muerte.
Ahora contemplo el mar. No tengo miedo ni esperanza.
Eres sabio y cobarde, estás herido en las mujeres húmedas, tu
pensamiento es sólo recuerdo de la ira.
Ves la rosas temibles.


Ah caminante, ah confusión de párpados.
Hay una hierba cuyo nombre no se sabe; así ha sido mi vida.
Vuelvo a casa atravesando el invierno: olvido y luz sobre las ropas
húmedas. Los espejos están vacíos y en los platos ciega la soledad.
Ah la pureza de los cuchillos abandonados.


Amé todas las pérdidas.


Aún retumba el ruiseñor en el jardín invisible.


Aún,
Gamoneda


Para mí todo es mar
o pecera.
Siempre regreso a ti
como si ardieses en la espuma rota
como si fueses una ínsula extranjera
de la que sólo conozco distancia
y deseo.

El mundo
morirá
cuando
te
extingas.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio mismo lo dijo.

"Estas cosas suelen confundir mucho, sobre todo al emisor. Estoy seguro de que en algo de todo esto que he dicho me habré equivocado".

La vida no es un error ni de coña. Ahora mismo no.

Carmen G. de la Cueva dijo...

¿Dónde nos lleva la imaginación?


De nieve, huracán y abismo.


Haz que llueva para mí.

raúl quinto dijo...

siempre es estimulante leer a Gamoneda, qué buen gusto tienes joía...

Anónimo dijo...

He logrado que llegue el calor. Para que cuando vuelvas el verano no sea para tanto y que se abra el cielo.

Carmen G. de la Cueva dijo...

don Vértigo: guárdeme el secreto...las pérdidas cubren la noche. Truena.


Poeta en llamas: cómo podremos vencer el calor de los cuerpos? Agosto siempre fue mi mes más deseado.

Anónimo dijo...

Ven pronto. Inyéctame batido de vainilla. Rómpeme la burbuja. Enséñame a saber responderte.

Quiero materializar agosto.

Carmen G. de la Cueva dijo...

Second Fran: prometo que nos perderemos por las dunas o las olas...sin mirar atrás sólo hacia delante. Queda tanto mundo por bebernos!